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Trasplante de menisco

Trasplante de menisco

El trasplante de menisco es un procedimiento quirúrgico que implica el trasplante de un menisco donado en la articulación de la rodilla de un paciente. El menisco es una pieza de cartílago que actúa como un amortiguador en la articulación de la rodilla, y el daño o la extracción del menisco puede provocar dolor, hinchazón e inestabilidad en la articulación de la rodilla.

 

Indicaciones 

 

Las indicaciones para el trasplante de menisco son típicamente para pacientes que han tenido una meniscectomía previa (extirpación total o parcial del menisco) y experimentan dolor persistente, hinchazón e inestabilidad en la articulación de la rodilla. Los pacientes que tienen antecedentes de desgarros de menisco que no se pueden reparar también pueden beneficiarse del trasplante de menisco.

 

Candidato ideal

 

Los candidatos ideales para el trasplante de menisco suelen ser pacientes más jóvenes con osteoartritis mínima y un déficit en el menisco que no se puede tratar con otros tratamientos conservadores como fisioterapia, medicamentos o inyecciones.

 

Procedimiento 

 

La cirugía de trasplante de menisco consiste en el trasplante de un menisco donado en la articulación de la rodilla del paciente. El menisco donante se dimensiona y moldea cuidadosamente para adaptarse a la articulación del paciente, y se asegura en su lugar con suturas o anclajes.

 

Recuperación 

 

La recuperación posoperatoria del trasplante de menisco puede ser prolongada, y los pacientes deben usar un aparato ortopédico o muletas durante varias semanas después de la cirugía. Por lo general, se requiere fisioterapia y rehabilitación durante varios meses después de la cirugía para ayudar al paciente a recuperar la fuerza y la movilidad en la articulación de la rodilla. El regreso a las actividades deportivas puede tomar entre 9 y 12 meses.

 

El éxito del trasplante de menisco depende de varios factores, incluidos el tamaño y la ubicación del defecto de menisco, la edad y el estado general de salud del paciente, y el nivel de actividad o estrés que se ejerce sobre la articulación de la rodilla después de la cirugía. Sin embargo, se ha demostrado que el trasplante de menisco es un tratamiento eficaz para pacientes con dolor persistente, hinchazón e inestabilidad en la articulación de la rodilla después de una meniscectomía. El trasplante de menisco se considera una opción viable para pacientes más jóvenes con artrosis mínima y un déficit en el menisco que no se puede tratar con otros tratamientos conservadores.

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